EUROPA
PRESS
7 noviembre
2021
No
basta con lavarse las manos: cierra la tapa del inodoro al tirar de la cadena y
cuidado con los cubos de basura
Lavarse las manos y desinfectarse a
fondo ya es una práctica natural en nuestras rutinas debido a la COVID-19, pero
un nuevo estudio ha puesto de manifiesto los peligros que entrañan las tapas
abiertas de los inodoros, los cubos de basura sin tapa y los desagües
defectuosos en la propagación de infecciones en los aseos públicos, según
publican en la revista 'Science of
the Total Environment'.
Una revisión global de los riesgos de transmisión bacteriana
y vírica en los baños públicos ha descubierto que los bioaerosoles
pueden transmitirse potencialmente por todo un edificio de varias plantas
debido a una fontanería defectuosa y que dejar las tapas de los inodoros
abiertas después de tirar de la cadena puede dispersar las gotas contaminadas
más allá de un metro.
Los cubos de basura descubiertos en los baños públicos
también son un riesgo, especialmente si están situados debajo o cerca de
secadores de manos eléctricos.
Investigadores de la Universidad Nacional Australiana y la
Universidad de Australia del Sur evaluaron 38 estudios diferentes de 13 países
que investigaban el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas en los
baños públicos.
Además de considerar los riesgos de transmisión del COVID-19
en los baños, la revisión también analizó otros riesgos de enfermedades
infecciosas en los aseos públicos de restaurantes, lugares de trabajo, locales
comerciales y universidades.
Los resultados mostraron una evidencia generalizada de
superficies contaminadas como causa de transmisión fecal-oral, pero ningún caso
documentado de transmisión de enfermedades infecciosas por vía aérea.
Tras la reapertura de las fronteras, los investigadores
pidieron más estudios para evaluar los riesgos de transmisión del SRAS-CoV-2 en
los lavabos públicos.
La coautora del trabajo, la profesora Erica Donner, científica medioambiental de la UniSA,
afirma que los datos anecdóticos sugieren que los usuarios han evitado los
aseos públicos en los últimos 18 meses debido a los riesgos percibidos de
transmisión del COVID-19.
"Algunas personas se han preocupado por utilizar los
baños públicos durante la pandemia, pero si se minimiza el tiempo en el baño,
se lavan y secan las manos adecuadamente y no utilizan el teléfono móvil, ni
comen o beben, los riesgos deberían ser bajos, especialmente si el baño está
bien mantenido, afirma la profesora Donner. Aunque
hay pocas pruebas de la transmisión del COVID-19 a través de los lavabos
públicos, están repletos de bacterias, especialmente los que se utilizan con
frecuencia y no se limpian adecuadamente".
En los aseos públicos se identificó una amplia gama de
bacterias intestinales, de la piel y del suelo, así como virus respiratorios,
lo que supone un riesgo de transmisión.
Las cisternas de los inodoros con tapa abierta, el lavado o
secado de manos ineficaz, la limpieza deficiente de las superficies, los
desagües obstruidos y los cubos de basura sin tapa contribuyen a aumentar la
carga bacteriana y vírica en los aseos.
Seis estudios investigaron la dispersión bacteriana en los
aseos públicos, mostrando que los secadores de chorro de aire pueden esparcir
potencialmente gotas hasta tres metros, y que la descarga del inodoro esparce
partículas hasta 1,5 metros y permanece en el aire durante más de 30 minutos.
Un estudio de 2021 estimó que el número de partículas
procedentes de una descarga de inodoro equivalía a las gotas de una persona que
hablara en voz alta durante algo más de seis minutos y medio.
"Aunque existe un riesgo potencial de propagación de
aerosoles por la descarga del inodoro y el secado de las manos, no encontramos
pruebas de transmisión aérea de patógenos intestinales o respiratorios en los
baños públicos en la literatura que revisamos", afirma la profesora Donner.
"Sin embargo, no cabe duda de que lavarse bien las
manos y secárselas eficazmente es fundamental para detener la propagación de
enfermedades, subraya. A medida que se abren las fronteras y aumentan los
casos, las personas pueden protegerse contra la infección por COVID-19 si
siguen practicando una buena higiene. Esto incluye lavarse las manos y
desinfectarse, así como desinfectar las manillas de las puertas, las tapas de
los inodoros y otras superficies que se tocan con frecuencia".
Según recuerda, "estos hábitos no sólo reducirán el
riesgo de infección por COVID-19, sino que también limitarán el riesgo de
infecciones bacterianas".